El mercado de la fabricación en serie de tecnologías de energía limpia podría triplicar su valor en los próximos 7 años
El sector de la energía está en los albores de una nueva era industrial, la de la fabricación de tecnologías de energía limpia (módulos solares, aerogeneradores, baterías para vehículos eléctricos, electrolizadores para producir hidrógeno, entre otras). Este sector, que está creando nuevos e importantes mercados y millones de puestos de trabajo, también plantea nuevos riesgos, llevando a los países de todo el mundo a idear estrategias industriales para asegurarse un lugar en la nueva economía energética mundial. Así lo recoge el nuevo informe Energy Technology Perspectives 2023 de la AIE.
Energy Technology Perspectives 2023 (ETP-2023) muestra que el mercado global de la fabricación en serie de tecnologías de energía limpia podría alcanzar un valor de alrededor de 650.000 M$/año para 2030, triplicando su nivel actual, si los países de todo el mundo implementan plenamente los objetivos energéticos y climáticas que han anunciado. Por su parte, los empleos relacionados con la fabricación de tecnologías de energía limpia se duplicarían con creces, pasando de los 6 millones actuales a casi 14 millones para 2030, y se espera un crecimiento industrial y laboral más rápido en las siguientes décadas a medida que avanza la transición limpia.
Al mismo tiempo, las actuales cadenas de suministro de tecnologías de energía limpia presentan riesgos, especialmente, por la alta concentración geográfica de la extracción y procesamiento de los recursos, así como de la fabricación de tecnologías. Es el caso de algunas tecnologías como los módulos solares, los aerogeneradores, las baterías de los vehículos eléctricos, los electrolizadores y las bombas de calor, los tres principales productores representan al menos el 70% de la capacidad de fabricación para cada tecnología, con China dominando el mercado. Mientras tanto, una gran parte de la extracción de minerales críticos se concentra en un pequeño número de países. Por ejemplo, la República Democrática del Congo produce más del 70% del cobalto mundial, y solo tres países (Australia, Chile y China) representan más del 90% de la producción mundial de litio.
El mundo ya está viendo el riesgo que representan las cadenas de suministro ajustadas, que han hecho subir los precios de las tecnologías de energía limpia en los últimos años, dificultando y encareciendo la transición limpia. En 2022, el aumento del precio del cobalto, el litio y el níquel condujo al primer aumento de la historia de los precios de las baterías de los vehículos eléctricos, casi un 10% a nivel mundial. Fuera de China, también ha aumentado el coste de los aerogeneradores después de años de caída, y se pueden observar tendencias similares para la energía fotovoltaica.
El informe señala que las principales economías están actuando para combinar sus políticas climáticas, de seguridad energética e industriales en estrategias más amplias para sus economías. La Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. es un claro ejemplo de ello, pero también el paquete Fit for 55 y el plan REPowerEU de la Unión Europea, el programa Green Transformation de Japón y el Production Linked Incentive de India que fomenta la fabricación de energía solar fotovoltaica y baterías, y China está trabajando para cumplir e incluso superar los objetivos de su último Plan quinquenal.
Mientras tanto, los desarrolladores e inversores en proyectos de energía limpia están observando de cerca las políticas que pueden darles una ventaja competitiva. Los plazos de entrega relativamente cortos, alrededor de 1 a 3 años de media para poner en marcha las instalaciones de fabricación, significan que la cartera de proyectos puede expandirse rápidamente en un entorno propicio para la inversión. Según el informe, solo el 25% de los proyectos de fabricación de tecnología fotovoltaica anunciados a nivel mundial están en construcción o comenzarán a construirse de forma inminente. Esta cifra se sitúa en alrededor del 35% para las baterías de vehículos eléctricos y en menos del 10% para los electrolizadores. Las políticas gubernamentales y los desarrollos del mercado pueden tener un efecto significativo en el destino del resto de estos proyectos.
Se necesitan mayores esfuerzos para diversificar y fortalecer las cadenas de suministro de energía limpia. China representa la mayor parte de los planes de expansión de la capacidad de fabricación anunciados actualmente hasta 2030 para componentes de fotovoltaica (alrededor del 85% para células y módulos y del 90% para obleas); para componentes de eólica terrestre (alrededor del 85% para palas y alrededor del 90% para góndolas y torres); y para componentes de baterías de vehículos eléctricos (98% para ánodos y 93% para material de cátodos). Los electrolizadores de hidrógeno son la principal excepción, con alrededor de una cuarta parte de los anuncios de capacidad de fabricación para 2030 en China y la Unión Europea, respectivamente, y otro 10% en Estados Unidos.
En medio de las ambiciones regionales para ampliar la fabricación, ETP-2023 subraya el importante papel del comercio internacional en las cadenas de suministro de las tecnologías de energía limpia. Muestra que casi el 60% de los módulos fotovoltaicos fabricados en todo el mundo se comercializan internacionalmente. Alrededor de la mitad de los módulos fabricados en China se exportan, principalmente a Europa y la región de Asia Pacífico. La situación es similar para los vehículos eléctricos, para los cuales la mayor parte del comercio de componentes fluye de Asia a Europa, que importa de China alrededor del 25% de sus baterías para vehículos eléctricos. Los componentes de los aerogeneradores son pesados y voluminosos, pero el comercio internacional de torres, palas y góndolas es bastante común. China es un actor importante en la fabricación de componentes eólicos, ya que representa el 60% de la capacidad mundial y la mitad de las exportaciones totales, la mayoría de las cuales van a otros países asiáticos y a Europa. En Estados Unidos, uno de los mayores mercados eólicos, el contenido nacional de palas y bujes es inferior al 25%. Para las bombas de calor, la participación del comercio internacional en la fabricación global es inferior al 10%, y la mayor parte proviene de China hacia Europa.
La cartera de proyectos anunciada hasta 2030 es muy grande para muchas tecnologías de energía limpia. Si todos los proyectos anunciados para expandir las capacidades de fabricación se materializaran y todos los países implementaran sus compromisos climáticos anunciados, China por sí sola podría abastecer todo el mercado mundial de módulos fotovoltaicos solares en 2030, un tercio del mercado mundial de electrolizadores y el 90% del mercado mundial de baterías para vehículos eléctricos. Los proyectos anunciados en la Unión Europea serían suficientes para satisfacer todas las necesidades internas del bloque de electrolizadores y baterías para vehículos eléctricos, pero seguirían dependiendo en gran medida de las importaciones de tecnología fotovoltaica y eólica, un área en la que actualmente tiene una ventaja tecnológica. La situación es algo similar en Estados Unidos, aunque es muy probable que se agregue más capacidad como resultado de la Ley de Reducción de la Inflación. La cartera global actual de proyectos anunciados superaría la demanda de algunas tecnologías (fotovoltaica, baterías y electrolizadores) y se quedaría muy corta para otras (componentes eólicos, bombas de calor y pilas de combustible). Esto destaca la importancia de objetivos de implementación claros y creíbles por parte de los gobiernos para limitar la incertidumbre de la demanda y orientar las decisiones de inversión.
El informe también destaca los desafíos específicos relacionados con los minerales críticos necesarios para muchas tecnologías de energía limpia, señalando los largos plazos para desarrollar nuevas minas y la necesidad de estándares ambientales, sociales y de gobernanza sólidos. Dada la distribución geográfica desigual de los recursos minerales críticos, la colaboración internacional y las asociaciones estratégicas serán cruciales para garantizar la seguridad del suministro.
