Los signos prometedores en la fabricación de electrolizadores se suman al creciente impulso del hidrógeno de bajas emisiones
En el escenario de crisis energética mundial en el que nos encontramos, sigue aumentando el impulso al hidrógeno de bajas emisiones y se espera que la fabricación de electrolizadores crezca con fuerza y proliferen los proyectos piloto en nuevas aplicaciones como el acero y el transporte, según un nuevo informe de la AIE. Pero estas áreas siguen siendo una pequeña parte del panorama general del hidrógeno, lo que destaca la necesidad de un mayor apoyo político.
Según la última edición del informe anual Global Hydrogen Review de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2021 la demanda de hidrógeno en todo el mundo alcanzó los 94 Mt, superando el máximo anual anterior de 91 Mt alcanzado en 2019. Casi todo este aumento se cubrió con hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles sin captura de carbono, de hecho, la producción mundial de hidrógeno de bajas emisiones en 2021 fue inferior a 1 Mt, y prácticamente la totalidad provino de plantas que utilizan combustibles fósiles con captura, utilización y almacenamiento de carbono. Y aunque la demanda de nuevas aplicaciones de hidrógeno aumentó un 60% en 2021, el crecimiento partió de una base tan baja que se elevó a solo 40.000 t.
Sin embargo, los avances alentadores en tecnologías del hidrógeno que pueden respaldar la transición limpia incluyen la previsión de que para 2025 se multiplique por seis la capacidad de fabricación global de electrolizadores, necesarios para producir hidrógeno de bajas emisiones a partir de electricidad renovable.
El hidrógeno y los combustibles derivados del hidrógeno pueden contribuir tanto a las ambiciones climáticas como a la seguridad energética si se producen de manera limpia y se implementan de manera inteligente en sectores como la industria pesada y el transporte de larga distancia, donde pueden reducir las emisiones y reemplazar los combustibles fósiles. Si bien la crisis energética global está aumentando el interés en el hidrógeno de bajas emisiones, la cartera de proyectos continúa expandiéndose, aunque solo una pequeña parte de los proyectos están en construcción. El informe Global Hydrogen Review establece una serie de recomendaciones de políticas para construir los marcos y crear la demanda necesaria para fomentar la inversión en hidrógeno de bajas emisiones, incluidos los electrolizadores y las tecnologías de captura de carbono necesarias para producirlo.
“Cada vez hay más señales de que el hidrógeno será un elemento importante de la transición hacia un sistema de energía asequible, seguro y limpio, pero aún se necesitan importantes avances en tecnología, regulación y demanda para que alcance su potencial”, declara el director ejecutivo de la IEA. Fatih Birol. “La gran cantidad de anuncios que se están produciendo para proyectos de hidrógeno de bajas emisiones es otro indicador más de que está surgiendo una nueva economía energética. Los gobiernos ahora necesitan implementar políticas concretas para eliminar las barreras regulatorias y apoyar proyectos listos para comenzar”.
Teniendo en cuenta la configuración actual de las políticas gubernamentales, el nuevo informe estima que la demanda mundial de hidrógeno alcanzará los 115 Mt para 2030. Si los gobiernos cumplen plenamente sus promesas climáticas actuales, esa cifra podría aumentar a 130 Mt, cubriéndose más de una cuarta con hidrógeno de bajas emisiones.
En ese mismo escenario, una cantidad similar de la demanda global de hidrógeno sería para nuevas aplicaciones. Algunas aplicaciones nuevas para el hidrógeno muestran signos de progreso en la actualidad. Los anuncios de nuevos proyectos en el sector siderúrgico están creciendo rápidamente solo un año después de que comenzara la producción de la primera planta piloto para usar hidrógeno puro en la reducción directa de hierro. La primera flota de trenes que funcionan con pilas de combustible de hidrógeno ya opera en Alemania, y también hay más de 100 proyectos piloto para el uso de hidrógeno y derivados en el transporte marítimo. En el sector energético, los proyectos anunciados que utilizan hidrógeno y amoníaco acumulan hasta casi 3,5 GW de capacidad potencial para 2030.
Si todos los proyectos actualmente en trámite llegan a buen término, la producción de hidrógeno de bajas emisiones podría alcanzar entre 16 y 24 Mt/año para 2030, y más de la mitad provendría de electrolizadores que funcionan con energía renovable. La finalización de todos los proyectos en tramitación podría dar como resultado que la capacidad mundial para producir hidrógeno a través de electrolizadores aumente hasta 290 GW en 2030 en comparación con 0,5 GW en 2021. El informe sugiere que, según los precios actuales, el hidrógeno renovable ya podría competir con el hidrógeno producido mediante combustibles fósiles en regiones que tienen buenos recursos renovables y que actualmente dependen de combustibles fósiles importados para la producción de hidrógeno.
En la actualidad, la capacidad mundial para fabricar electrolizadores es de 8 GW/año, pero según los anuncios de la industria, podría superar los 60 GW/año para 2030. Y si se completan los proyectos de electrolizadores en curso y se lleva a cabo el aumento de escala previsto en las capacidades de fabricación, los costes podrían caer alrededor de un 70% para 2030 en comparación con los precios actuales.
El informe sugiere varios pasos para que los gobiernos reduzcan el riesgo y mejoren la viabilidad económica del hidrógeno de bajas emisiones. Pueden crear demanda a través de subastas, mandatos, cuotas y requisitos en la contratación pública, y garantizar que los gasoductos, terminales y otras infraestructuras se construyan para ser compatibles con el hidrógeno y el amoníaco. Por su parte, el establecimiento de mercados internacionales de hidrógeno requerirá de cooperación para desarrollar estándares, regulaciones y certificaciones comunes.
