Se expanden rápidamente los planes para la fabricación de tecnologías energéticas limpias gracias al impulso a la inversión

Desde finales de 2022, la capacidad de fabricación estimada para 2030 de acuerdo con los proyectos de fabricación existentes y anunciados ha aumentado un 60% en el caso de la energía solar fotovoltaica, un 25% para las baterías y un 20% en el caso de los electrolizadores, gracias al impulso de las políticas de apoyo, las estrategias corporativas, el creciente interés de los inversores y una demanda creciente, de acuerdo con un nuevo informe especial de la serie Energy Technology Perspectives de la AIE.

 

Los anuncios de nuevos proyectos de fabricación de varias tecnologías esenciales para la transición limpia, incluidas la energía solar fotovoltaica, las baterías y los electrolizadores, se han acelerado en los últimos meses, lo que destaca el creciente impulso mundial detrás de la nueva economía energética, según el nuevo análisis de la AIE, The State of Clean Technology Manufacturing.

El informe examina los proyectos anunciados de fabricación de equipos para solar fotovoltaica, eólica, baterías, bombas de calor y electrolizadores; para evaluar cómo estos planes podrían dar forma al panorama de la energía limpia para finales de la década.

Si se construyeran todos los proyectos anunciados hasta la fecha, la producción prevista correspondiente a esa capacidad de fabricación de las cinco tecnologías limpias mencionadas alcanzaría los 790.000 M$/año para 2030. En esa situación, la capacidad mundial de fabricación de energía solar fotovoltaica superaría cómodamente el nivel necesario para cumplir el Escenario Cero Neto de la AIE para esa tecnología. La capacidad de fabricación de baterías también alcanzaría el nivel previsto en el escenario para 2030.

Sin embargo, los anuncios de capacidad de fabricación eólica, bombas de calor y electrolizadores siguen estando algo alejados de los niveles implícitos en el Escenario Cero Neto. Además, es importante tener en cuenta que, para las cinco tecnologías, es posible que no todos los proyectos anunciados se lleven a cabo, y la mayoría de ellos aún no han alcanzado las decisiones finales de inversión. Pero los plazos de entrega relativamente cortos para nuevos proyectos de fabricación, desde el anuncio hasta la construcción, implican que todavía hay margen para que las carteras de proyectos para 2030 evolucionen significativamente en los próximos años.

Hasta la fecha, la capacidad de fabricación de tecnologías energéticas limpias está muy concentrada geográficamente. Los tres principales mercados representan entre el 80% y el 90% de la capacidad de fabricación mundial, en función de la tecnología. Si se completan todos los proyectos anunciados en todo el mundo, esta cuota pasaría a ser del 70% al 95 % para 2030 dependiendo de la tecnología en cuestión.

Hasta el momento, en muchos países, los principales esfuerzos para diversificar la fabricación han estado respaldados por importantes movimientos políticos anunciados el último año que están comenzando a expandir las cadenas de suministro en diferentes regiones. Por ejemplo, tras la adopción de la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU. el año pasado, los anuncios de fabricación de baterías entre finales de 2022 y principios de 2023 representan casi la mitad de la cartera total de proyectos del sector en EE.UU.

Otros ejemplos recientes de políticas emblemáticas para impulsar la producción industrial nacional incluyen la Ley de Industria Cero Neto de la Unión Europea o el Programa de Transformación Verde de Japón. Junto con el Plan Quinquenal actual de China (2021-2025) y el Esquema de Incentivos Vinculados a la Producción de India. Estas políticas están transformando la política industrial orientada hacia las tecnologías de energía limpia.

Los gobiernos del G7 ya han reconocido la importancia de construir cadenas de suministro resistentes, seguras y sostenibles para acelerar la transición limpia y reducir las vulnerabilidades asociadas con dependencias indebidas. Hay mucho que los países pueden hacer a nivel nacional para abordar de manera proactiva los riesgos que se plantean para las cadenas de suministro, incluido el desarrollo de estrategias industriales que aprovechen sus ventajas competitivas. Pero la cooperación internacional será crucial para facilitar, acelerar y extender cualquier progreso que se haga. Con esto en mente, el nuevo informe de la AIE concluye con seis recomendaciones para los líderes del G7 que también son aplicables a otros gobiernos interesados.

Las recomendaciones se centran en acciones que requieren cooperación internacional, como la coordinación de esfuerzos en las cadenas de suministro, y la identificación y creación de alianzas estratégicas tanto dentro como fuera del G7, incluso facilitando la inversión en las economías emergentes y en desarrollo. Se recomienda el desarrollo de una plataforma para informar el proceso de identificación de asociaciones estratégicas para la fabricación, así como para compartir las mejores prácticas y promover tecnologías y estrategias para mejorar la eficiencia de los recursos, aumentando así la resiliencia de la cadena de suministro.

Además de la fabricación de tecnología limpia, el tema de los metales críticos es de importancia estratégica para muchos países y un área donde la necesidad de cooperación internacional es aguda. Estos minerales son un componente esencial en la transición limpia y la diversificación es necesaria para mitigar las interrupciones o cuellos de botella en las cadenas de suministro.

 

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