La seguridad energética es la máxima prioridad en el trilema energético para 2023
La investigación Energy Industry Insights de DNV, en su decimotercera edición, explora la confianza, el sentimiento y las prioridades de la industria energética para 2023. Trilema y transición: el impulso para romper barreras, se basa en una encuesta global realizada por DNV entre más de 1.300 profesionales sénior de la energía. Según la investigación, los profesionales de la energía priorizan la seguridad energética en el trilema energético, seguida de la energía limpia y de la energía asequible.
Las preocupaciones sobre la seguridad energética superan a la energía limpia y asequible en la lista de prioridades de las empresas energéticas a nivel mundial, ya que la industria opina que el sistema energético no resolverá el trilema energético en la próxima década, según una investigación de DNV que analiza las opiniones de más de 1.300 profesionales senior de la energía en base a una encuesta realizada durante diciembre de 2022 y enero de 2023.
La seguridad energética ocupará un lugar central en los sectores del petróleo y gas y energético en el próximo año. Los actores del sector de las energías renovables mantienen su enfoque en la energía limpia, mientras que las prioridades de los consumidores industriales de energía contrastan con sus proveedores y socios, ya que priorizan la energía accesible y asequible.
Solo el 39% de los profesionales de la energía confían en cumplir los objetivos climáticos y de descarbonización; sin embargo, el progreso en la transición energética es el mayor impulsor de la confianza entre los profesionales de la energía para el próximo año, y la mayoría cree que la transición energética se está acelerando.
La industria energética considera que resolver el trilema energético (entregar energía segura, limpia y asequible) es un objetivo a largo plazo, según Trilema y Transición: el impulso para romper barreras, la última edición de la investigación anual de DNV sobre las perspectivas de la industria energética. Pocos en la industria (17%) creen que la transición entregará energía segura, limpia y asequible en la próxima década, a todas las partes del sistema energético de su país. La mayoría (41%) considera que esto se logrará en 10 a 20 años, mientras que un grupo considerable (32%) cree que este resultado crucial de la transición energética no se concretará hasta bien entrada la década de 2040. Existe un acuerdo general sobre esta perspectiva en todas las regiones, y solo los profesionales de la energía en Norteamérica son un poco más conservadores en la línea temporal.
Alrededor del 80% de los profesionales del sector renovable cree que las preocupaciones sobre la seguridad energética conducirán a una mayor inversión en energías renovables en el próximo año, mientras que la mayoría (61%) de toda la industria energética dice que su empresa puede ser más rentable si mejora la sostenibilidad.
Por el contrario, un año récord de ganancias para la industria del petróleo y gas ha redefinido cómo se ven las ganancias aceptables para el sector. En 2022, el 52% de los ejecutivos del sector del petróleo y gas opinaba que su organización obtendría ganancias aceptables si el precio medio del petróleo se situase en 40-50 $/barril. Solo el 39% siente lo mismo para 2023. La mitad de los encuestados de la industria del petróleo y el gas (53%) dice que su organización aumentará la inversión en gas en 2023, ocho puntos porcentuales más que el año anterior. Alrededor del 43% de la industria del petróleo y gas espera aumentar la inversión en petróleo, hasta nueve puntos porcentuales. Las compañías de petróleo y gas están desacelerando su cambio a áreas fuera de los negocios centrales de hidrocarburos y frenando su enfoque en la descarbonización en comparación con 2022.
En 2023, la industria energética en su conjunto espera aumentar la inversión en fuentes y portadores de energía limpia. La mitad de los profesionales de la energía esperan que su organización invierta en hidrógeno/amoníaco bajo en carbono (52%) y proporciones similares en energía eólica (49%) y solar (46%). Más de un tercio espera que su organización aumente la inversión en captura y almacenamiento de carbono. En tecnologías habilitadoras, seis de cada 10 dicen que su organización está aumentando la inversión en eficiencia energética y digitalización, y la mitad de la industria está invirtiendo en tecnologías de almacenamiento de energía.
La investigación de DNV encuentra señales de que las barreras podrían desacelerar el ritmo de la transición energética en el próximo año, pero se está generando un impulso para romper estas barreras a medida que las sociedades sienten cada vez más los efectos de las crisis climática y energética, y los cuellos de botella frenan el progreso.
Existe un gran consenso en el sector eléctrico sobre la necesidad urgente de una mayor inversión en la red, mientras que solo una quinta parte del sector de las energías renovables dice que la planificación actual de la capacidad de transmisión es suficiente para permitir la expansión de las energías renovables.
Tres cuartas partes de la industria energética creen que los problemas de la cadena de suministro están ralentizando la transición, mientras que menos de la mitad de la industria (44%) espera una mejora significativa en la disponibilidad de bienes en 2023.
Para el sector de las energías renovables, la falta de apoyo político/gubernamental y los problemas de permisos/licencias son las mayores barreras para el crecimiento, y una gran mayoría (88%) dice que es fundamental acelerar los permisos y las licencias para cumplir los objetivos climáticos.
Alrededor del 40% de las empresas energéticas a nivel mundial encuentran cada vez más difícil obtener financiación para proyectos a un precio razonable. A nivel regional, las empresas de Norteamérica y Europa tienen más fácil acceso a la financiación. Por sectores, casi la mitad de las eléctricas (47%) y el 62% de los consumidores industriales de energía tienen cada vez más dificultades para conseguir financiación.
