Las emisiones globales de CO2 aumentaron menos de lo que se temía inicialmente en 2022

Las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía aumentaron menos del 1% en 2022, menos de lo que se temía inicialmente, ya que el crecimiento de las energías solar y eólica, los vehículos eléctricos, las bombas de calor y la eficiencia energética, ayudaron a limitar los impactos del mayor uso de carbón y petróleo en medio de la crisis energética global, según un nuevo análisis de la IEA.

 

Si bien el año pasado el aumento de las emisiones fue mucho menor que el aumento excepcional de más del 6% en 2021, las emisiones aún se mantienen en una trayectoria de crecimiento insostenible, lo que requiere acciones más enérgicas para acelerar la transición hacia la energía limpia y llevar al mundo por el camino del cumplimiento de sus objetivos de energía y clima, de acuerdo con el nuevo informe de la IEA, CO2 Emissions in 2022. El informe es el primero de una nueva serie, Global Energy Transitions Stocktake, que reunirá los último análisis de la AIE en un solo lugar, de libre acceso, en apoyo del primer Global Stocktake, previo a la Conferencia de Cambio Climático COP28 de noviembre.

Las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía crecieron en 2022 un 0,9%, o 321 Mt, alcanzando un nuevo máximo de más de 36.800 Mt, según el informe. El aumento de las emisiones fue significativamente más lento que el crecimiento económico mundial del 3,2%, lo que indica un retorno a una tendencia sostenida durante una década que fue interrumpida en 2021 por el repunte económico rápido e intensivo en emisiones de la crisis del Covid. Los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las sequías y las olas de calor, así como la inactividad de un número inusualmente elevado de centrales nucleares, contribuyeron al aumento de las emisiones. Pero se evitaron 550 Mt adicionales de emisiones mediante un mayor despliegue de tecnologías de energía limpia.

Los impactos de la crisis energética no dieron como resultado el gran aumento de las emisiones globales que inicialmente se temía, y esto se debe al crecimiento sobresaliente de las energías renovables, los vehículos eléctricos, las bombas de calor y las tecnologías de eficiencia energética. Sin energía limpia, el crecimiento de las emisiones de CO2 habría sido casi tres veces mayor”, dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. “Sin embargo, todavía vemos crecer las emisiones de los combustibles fósiles, lo que dificulta los esfuerzos para cumplir con los objetivos climáticos del mundo. Las empresas internacionales y nacionales de combustibles fósiles están obteniendo ingresos récord y deben asumir su parte de responsabilidad, de acuerdo con sus promesas públicas de cumplir los objetivos climáticos. Es fundamental que revisen sus estrategias para asegurarse de que estén alineadas con reducciones de emisiones significativas”.

Las emisiones de CO2 del carbón aumentaron un 1,6% a medida que la crisis energética mundial siguió provocando una ola de cambios de gas a carbón en Asia y, en menor grado, en Europa. Si bien el aumento de las emisiones de carbón fue solo alrededor de una cuarta parte del aumento de 2021, superó con creces la tasa de crecimiento promedio de la última década. El aumento de las emisiones del carbón compensó con creces la disminución del 1,6% de las emisiones del gas natural, ya que el suministro siguió reduciéndose tras la invasión rusa de Ucrania y las empresas y los ciudadanos europeos respondieron con esfuerzos para reducir el consumo de gas.

Las emisiones de CO2 del petróleo crecieron incluso más que las del carbón, aumentando un 2,5% pero manteniéndose por debajo de los niveles previos a la pandemia. Alrededor de la mitad del aumento interanual de las emisiones de petróleo provino de la aviación, ya que los viajes aéreos continuaron recuperándose de los mínimos de la pandemia.

Las emisiones de China se mantuvieron prácticamente planas en 2022, ya que las estrictas medidas frente al Covid-19 y la disminución de la actividad de construcción llevaron a un crecimiento económico más débil y a reducciones de las emisiones industriales y de transporte. Las emisiones de la Unión Europea cayeron un 2,5%, gracias al despliegue récord de energías renovables, que ayudó a garantizar que el uso de carbón no fuera tan alto como habían anticipado algunos observadores. También contribuyó un comienzo suave del invierno europeo y las medidas de ahorro de energía en respuesta a la invasión rusa de Ucrania. En los Estados Unidos, las emisiones crecieron un 0,8% a medida que los edificios aumentaron su consumo de energía para hacer frente a las temperaturas extremas. Excluyendo a China, las emisiones de las economías emergentes y en desarrollo de Asia aumentaron un 4,2%, lo que refleja su rápido crecimiento económico y de demanda de energía.

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