El II Informe de Sostenibilidad y Energía Solar concluye que los proyectos de energía solar en suelo son un lugar de protección y restauración de la biodiversidad

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha encargado a la consultora independiente EMAT s.l. la elaboración de un estudio de biodiversidad en plantas fotovoltaicas utilizando como bioindicador principal la avifauna. Las principales conclusiones de este estudios se recogen en el II Informe de Sostenibilidad y Energía Solar recientemente presentado, y que concluye que los proyectos fotovoltaicos, una vez concluida su instalación, se revelan como espacios de acogida para especies protegidas o en peligro de extinción

 

El informe recoge los resultados obtenidos en el año 2022 tras el estudio que ha realizado la consultora ambiental independiente EMAT con el objetivo de valorar la biodiversidad presente en diferentes instalaciones fotovoltaicas, utilizando como indicador principal la avifauna.

A propuesta de UNEF y con la colaboración de las empresas propietarias se han estudiado cuatro instalaciones de plantas solares fotovoltaicas para valorar la biodiversidad presente en las mismas utilizando como bioindicador principal las aves

Las plantas estudiadas, con distinta antigüedad y ubicación, han sido La Magascona/Trujillo III (en Trujillo, Cáceres) y Mula (en Mula, Murcia), cuyo titular es Vela Energy; El Quintillo (en Puertollano, Ciudad Real) perteneciente a Renovalia Energy Group; y Flotas de los Alamos (en Totana, Murcia), cuyo titular es ENEL Green Power España S.L. Estas plantas tienen un tamaño notable, ocupando una superficie de entre 100 y 450 ha., por antigüedad se diferencian dos grupos, las de puesta en marcha reciente (2019/2020), Mula y Flotas de los Álamos, y las dos restantes, anteriores a 2010. En cuanto a la tecnología utilizada, dos de ellas disponen de paneles fijos (El Quintillo y Mula), Flotas de los Álamos dispone de seguidores de un eje, y si bien La Magascona cuenta con seguidores a un eje y Trujillo III tiene estructura fija, ambas plantas se han tratado como una misma unidad en este estudio por ser colindantes.

En estas plantas se ha llevado a cabo un conjunto de trabajos de campo y toma de datos, que se desarrollaron entre abril y primeros de junio del año pasado.

Para caracterizar la presencia de aves se han tenido en cuenta cuatro parámetros e índices: la riqueza, esto es el número de especies detectadas, el índice kilométrico de abundancia, una medida de densidad relativa del número de ejemplares por kilómetro dentro de una banda de 50 m, la diversidad específica del índice de Margalef y el índice de Sorensen para el grado de similitud.

De cara al análisis de resultados se ha tenido en cuenta la incidencia de la puesta en práctica de medidas de gestión de la vegetación y de mejora para las especies, así como los factores limitantes que se pudieran dar.

Complementariamente al estudio de la comunidad de aves se han hecho rastreos de otras especies no aves y se han instalado dos cámaras de fototrampeo que por periodo de un mes estaban colocadas con la intención de registrar mamíferos y otras especies terrestres.

Entre los datos obtenidos, la segunda edición del informe pone de manifiesto que la riqueza de especies encontrada en las plantas fotovoltaicas ha alcanzado valores notables, obteniendo los mejores resultados las instalaciones más antiguas y la que han llevado a cabo mayor número de actuaciones de mejora ambiental. Además, los proyectos fotovoltaicos se revelan como lugar de acogida para especies protegidas o en peligro de extinción, como especies esteparias y también se ha observado una notable presencia, normalmente, en vuelo, pero también en posada o alimentándose de aves rapaces (buitres, milanos, aguiluchos, águilas, etc.),

El Informe de Sostenibilidad y Energía Solar concluye que resulta indudable que, una vez que la instalación fotovoltaica se encuentra en funcionamiento, su espacio resulta apto para la presencia de un buen número de especies de aves, de invertebrados y de otros vertebrados. A las condiciones de los hábitats generados dentro del proyecto, se añade como revulsivo para la presencia de especies la tranquilidad y ausencia de otros impactos derivados de la actividad humana, convirtiéndose en “santuarios” para la biodiversidad durante el tiempo que funciona la instalación.

El estudio ha puesto de manifiesto cómo algunas sencillas mejoras, como la disposición de cajas anidaderas, puede generar un efecto muy favorable en las aves protegidas (caso, por ejemplo, de la carraca o el cernícalo común).

Resultando obvio que en el amplio espacio de una instalación se pueden acometer medidas de mejora medioambiental que, sin afectar a la producción eléctrica, potencien cualidades que faciliten una mayor acogida de fauna y de biodiversidad en general. También se ha puesto de manifiesto como el espacio de la planta puede ser una fuente muy notable de recursos tróficos para las aves, como semillas e insectos, que se ven favorecidos por un control lo más tardío posible de la vegetación herbácea y por la correcta aplicación de medios mecánicos o del uso del ganado.

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