¿Hay otras formas de gestionar un parque eólico?

En Europa y Estados Unidos, la operación y mantenimiento de un parque eólico generan muy pocos puestos de trabajo, y nos hemos acostumbrado a ver esa situación como normal. Así, para un parque compuesto por 20 aerogeneradores, de 3 MW de media por aerogenerador (60 MW de potencia instalada en total), se genera un solo puesto de trabajo directo y apenas cuatro indirectos. Pero, ¿eso es lo técnica y económicamente más adecuado? ¿O simplemente nos hemos acostumbrado a este hecho considerándolo como normal? En este artículo pretendemos dar una respuesta técnica, económica y bien fundamentada a esta pregunta.

El mantenimiento de un parque eólico está basado en la condición, es decir, se diagnostica cada uno de los aerogeneradores en base a diferentes técnicas (análisis de parámetros online, inspección visual, inspección de palas, inspección boroscópica, análisis de vibraciones y análisis de aceites, fundamentalmente), y a partir de este diagnóstico se deciden las actividades correctivas que es necesario llevar a cabo. Además, todas las actividades, tanto de inspección como correctivas, se contratan y subcontratan, bien con el fabricante original del equipo o bien con empresas contratistas especializadas.

Estos dos principios, el mantenimiento basado en condición y la externalización de actividades, son principios muy asentados en la filosofía de trabajo del sector eólico. Pero hay parques en el mundo que han decidido apartarse de esta filosofía general, y conviene, cuando alguien hace algo diferente, analizar si esta forma diferente es mejor o peor que la imperante en el sector.

En esos parques ‘diferentes’ se parte de una situación también diferente: la ausencia de contratistas especializados, el mal trato recibido por parte de los fabricantes del equipo original, la falta de repuestos y, lo que es también muy relevante, costes de personal más bajos que en Occidente. Y estos parques de gestión ‘diferente’ tienen una plantilla propia amplia, apenas contratan nada, no se basan en el fabricante ni para realizar trabajos especializados ni para seguir sus recomendaciones en cuanto al mantenimiento programado. Es decir, toda una herejía técnica y organizativa, a los ojos de responsables de parques españoles, europeos y estadounidenses.

Pero, ¿Quién tiene razón? ¿Los que maximizan la mano de obra propia o los que subcontratan el 100% del mantenimiento, dejando un único gestor al frente?

Analicémoslo desde un punto de vista técnico-económico. En España, un parque eólico de 60 MW que funcione 3.000 horas al año genera 180.000 MWh, que a razón de 75 €/MWh resulta en un ingreso de 13.500.000 €. De ese dinero, hay que descontar el coste de operación y mantenimiento, cifrado según los datos contenidos en el libro AEOGENERADORES Y SU MANTENIMIENTO, ed Renovetec 2020, en unos 40.000 € por aerogenerador, luego para el parque en cuestión estaríamos hablando de 800.000 € en total. El mantenimiento apenas supondría un 5,9% de los ingresos, y un 1,6% anual de la inversión realizada (que podemos cifrar en unos 48.000.000 €, a razón de 2.400.000 por aerogenerador).

Veamos las cifras de esos propietarios ‘díscolos’, que van contra los postulados occidentales, y que han decidido internalizar todas las actividades de mantenimiento realizándolas con personal propio. Han gastado unos 300.000 € en equipos de medida y herramientas especializadas, han gastado unos 50.000 € en formar a su personal, y, suponiendo una plantilla de 10 técnicos exclusivos para ese parque, gastan al año 500.000 € en trabajos de mantenimiento más 300.000 € en materiales. Es decir, 800.000 €, exactamente lo mismo, aunque gastan adicionalmente en formación y en herramientas. Pero a cambio de ese pequeño incremento, crean empleo local, empleo de calidad, forman técnicos especializados, no contratan los servicios más baratos con la consiguiente pérdida de calidad, obtienen unos resultados increíbles en cuanto a disponibilidad y fiabilidad, reducen a cero las grandes averías (las que afectan a grandes componentes), y en definitiva, producen más energía anual… Desde un punto de vista puramente técnico-económico, sin tener en cuenta costumbres o prejuicios, se obtienen unos resultados mucho mejores al mismo coste.

¿No merece la pena probar si esos propietarios, que gestionan de otra forma, no tienen razón?